Manual Para Conquistar Mujeres Pdf Editor' title='Manual Para Conquistar Mujeres Pdf Editor' />Escritos para desocupados Vivian Abenshushan.Hace un par de meses tom una decisin drstica renunci a mi trabajo para recuperar mi tiempo, mis lecturas y hasta mi aburrimiento.Quera simplemente encontrarme en casa, como haba hecho tantas otras veces en mi vida, escribiendo.Pero me haba convertido en directora de una revista, donde pasaba entre nueve y diez horas diarias, y cuando volva de la oficina llegaba directamente a la puerta del refrigerador o a sentarme frente a la televisin.Recuerdo aquellos momentos de ausencia, en los que yo era apenas yo y mi mente extenuada, mirando fijamente hacia los anaqueles vacos no tena tiempo para abastecerme en el mercado o con los ojos perdidos entre anuncios de dentfricos.Eran las diez de la noche, la hora de los cansancios temibles, esa parlisis vital de la que habla Peter Handke en su agudo Ensayo sobre el cansancio, y en la pantalla desfilaban los multivitamnicos, las bebidas energizantes, las tabletas con activos naturales que ayudan a contrarrestar la tensin nerviosa o a mantener el estado de alerta durante una jornada y ms all, hasta el fin de los tiempos.Valeriana officinalis, passiflora incarnata, gingseng, esteroides anablicos, taurina.El destino sanitario de un mundo transformado en flujo imparable de mercancas, la farmacia como garanta de productividad.Levntate y anda, Do more, feel better, live longer.Pero aquella era tambin la hora de las malas noticias catstrofes financieras, secuestros, asaltos con violencia, descabezados.Toda aquella tragedia humana me haca sentir, all mullida en el silln o reptando entre las sbanas, como una sobreviviente.Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia de usuario y mostrarte contenido relacionado con tus preferencias.Si continas navegando.LIBROS Y REVISTAS Para leer noticia, pulsa en el libro de la izquierda NOVEDAD SEPTIEMBRE 2017 DE. Download Zbrush 4 R 4 Keygen Free . Y eso era yo apenas lo que quedaba de m despus de la oficina, una mujer petrificada en lo ms ntimo, convertida en una estatua de fatigas.Una maana despert sin poder moverme de la cama, el cuello inmvil, la espalda doliente hasta el aullido.Ni siquiera una dosis extraodinaria de valeriana officinalis podra haber detenido aquella erosin, una grieta inmensa abrindose paso en mi sistema nervioso.La llam, para burlarme de m misma, Sndrome de Chac Mool, una tortcolis del alma.Sin embargo, aquel desgaste era paradjicamente liberador.Por primera vez en diez meses pude permanecer en la cama hasta el medioda sin sentimiento de culpa.Que la revista no llegara a tiempo a la imprenta, que la publicidad se cancelara, dejaron de ser para m problemas reales.Tal vez nunca lo fueron.En ese momento era yo enfrentada a la relidad material de mi cuerpo, un cuerpo que se haba alzado en armas y me orillaba, a punta de sablazos, hacia la firma de mi renuncia y el retorno a mi vagancia habitual.Comprend de pronto que toda aquella actividad trepidante, el ir y venir de la cultura en busca de su centro el mainstream, me haba alejado de mis aspiraciones originales y de la escritura, convirtindome en una esclava impotente de la realidad exterior.Por qu no abandonar el trajn y vivir, como haba hecho hasta entonces, en la simplicidad Record las amargas y lcidas palabras de Ciryl Connolly Para un escritor todas las incursiones en el periodismo, la radio, la propaganda y el cine, por grandiosas que sean, estn de antemano destinadas a la decepcin.Poner lo mejor de nosotros en estas actividades es una insensatez, pues con ello condenamos al olvido las buenas ideas lo mismo que las malas.Por qu haba elegido aquella tarea, dirigir una revista Tal vez porque prometa ser un espacio creativo adems de proporcionarme un ingreso seguro.Pero el ingreso no corresponda al esfuerzo y el lugar concedido a la imaginacin en una revista de ese tipo doblegada por los caprichos del mercado siempre est muy por debajo del nivel de las ganancias.As que mi traicin era doblemente onerosa y me estaba orillando al silencio.Los primeros das de ocio, ya de vuelta en casa, advert que el trabajo haba gastado mis fuerzas de manera tan extraordinaria que haba terminado casi por completo con mi capacidad para reflexionar.Eso dur cuatro o cinco das agotadores de tan vacos.Entonces me puse a leer, para llenar las horas de mi libertad recuperada.Le a Sneca, a Thoreau, Stevenson, Lafargue, Russell, y a tantos otros filsofos y escritores que en algn momento concibieron una manera distinta de vivir, ajena a los valores del doloroso tripalium.Prefiero una pereza inteligente y observadora a una actividad intolerable y terrorfica Cioran El ocio no consiste en no hacer nada, sino en hacer muchas cosas no reconocidas en los dogmticos formularios de la clase dominante Stevenson Es posible algo ms estpido que la sensibilidad de los hombres que se jactan de previsores Estn ocupados con excesivo inters en poder vivir mejor se procuran la vida a costa de la vida Sneca.Aquellas primeras incursiones en el bajo mundo de la desocupacin me descubrieron una corriente subterrnea poblada por una multitud de desertores, un batalln de vagos, poetas, haraganes, descarriados y mal vivientes que avanzaron en sentido contrario a la domesticacin de las fuerzas productivas del orbe y cuya renuncia a la refriega diaria cuestionaba activamente la cultura del sacrificio, segn la cual, el dolce far niente es sinnimo de las peores calamidades, entre ellas la pobreza y el vicio.Haba encontrado una cofrada de esgunfiados y gandules, una tribu despreocupada y rebelde a cuyas filas deseaba sumarme de inmediato.Quera ponerme a vagar sobre la pgina, cambiar de rumbo, yendo otra vez de un lado a otro sobre la cuerda floja de la literatura.Hace unos momentos, al emprender este diario, sent que me encontraba ya en camino, es decir, andando a la deriva y sin agitarme demasiado.De hecho, desde aquel da en que jur no volver a poner un pie en la oficina perd por completo la facultad de trabajar en cualquier cosa que no fuera la crtica apasionada del trabajo forzado en eso me empeo todos los das, durante jornadas magnficas de ocio e incertidumbre.Esta maana me dispona a emprender la lectura de Teora de la clase ociosa de Thorton Veblen cuando me asom a la ventana el da estaba radiante y las vacaciones de semana santa haban vaciado la ciudad.Pens Mejor saldr a dar un paseo.Leer a Veblen despus.Alguien dira que se trataba de procrastinacin, indolencia, falta de compromiso.Yo dira de contento.Si en ese momento me senta demasiado perezosa como para leer a Veblen, para qu torturarme con sus argumentos econmicos Hacer una cosa cuando se desea hacer otra es el principio de la infelicidad.Los horarios regimentados, la competencia como estmulo, la estructura de jeraquas rgidas, todo en el edificio del sistema educativo est diseado como un propedutico de supervivencia para caminar ms tarde en la selva laboral.Entendida siempre como un gobierno de los otros, en lugar de un proyecto de construccin o transfiguracin personal, la escuela de las democracias neoliberales ha hecho pedazos la instruccin humanista, que es poco rentable, ociosa y lenta.Para qu fomentar la empata a travs de la lectura si de lo que se trata es de obtener el mximo beneficio Para qu la complejidad, el sentido, el pensamiento crtico, las preguntas sobre un saber vivir, si eso no acumula puntos curriculares Y luego viene la tarea el trabajo extra que se lleva a casa y cancela la hora de jugar.Un entrenamiento en la jornada interminable.El principio de la servidumbre.Usted asesin a su jefe en plena jornada laboral, me deca una mujer obesa y vehemente, vestida como mesera de Sanborns en hora pico, ya con el delantal sucio y el chongo desacomodado.Mientras hablaba, yo no poda dejar de mirarle la boca que mova con gesticulaciones grotescas y lentas denotando signos inequvocos de gravedad un sermn loco.Aquel trabajo, me deca, habra cambiado en buena medida una serie de conductas negativas suyas ser demasiado introvertida, por ejemplo y la habra catapultado hacia una vida de xitos, dinero, conexiones y felicidad que usted ha desdeado sin justificacin.Al fondo de la sala se asomaba algo parecido a un ratn blanco a travs de un hoyo en la pared.No era un ratn de laboratorio tena el tamao de una coneja a punto de parir.Imposible poner atencin a los cargos en mi contra, con ese ratn nervioso que entraba y sala de la sala, husmeando la podredumbre del tribunal con su gran nariz hmeda.
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November 2017
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